La verdadera felicidad está construida por un perpetuo estado de iniciación, de entusiasmo constante. - Julio Ramón Ribeyro
F. N. | 21-03-1988 |
---|---|
Telefono | +51 933933569 |
wlazoalvarez@gmail.com | |
Sitio web | www.willylazo.com |
Las tentaciones más complicadas de combatir son los que están relacionadas con el sexo, así mismo son las que más daño le hacen a la sociedad. Con relación a esto, se puede decir que los que fueron tentados y se quedaron para resistir fuero los que cayeron, y los que ganaron fueron los que tuvieron la fuerza y determinación de huir, en este caso la huida solo la practican los valientes.
Con todo eso nos queda claro de que la maldad nace en la mente de las personas y para evitar que los malos pensamientos, deseos o cualquier otro mal crezca y de frutos debemos arrancarlos de nuestra mente antes que empiecen a echar raíces.El pensamiento va naciendo en nuestra mente, una vez que se instala y acomoda es transferido a nuestro corazón, así que ya no solo lo pensamos si no que ahora también lo sentimos, una vez que echa raíz en nuestro corazón, es ejecutado por nosotros, y lo hacemos.
Y se marcharon juntos, hacia ningún lado, siguiendo las lineas que nadie nunca escribió, sin amor, sin historia.
Sus páginas emiten el aroma de la redención y su composición obsequia una melodía, la sinfonía concertante del amor incansable e inquebrantable, la esencia del corazón del autor.
Se necesita carácter de campeón para reconocer las derrotas como los puentes que llevan a la victoria.
He aprendido a luchar
y a esperar por mis victorias
en medio de quienes creen haberla ya alcanzado.
¿No es acaso la victoria
una recompensa ambigua
que tarde o temprano llega a quien la busca?
La poesía de mi vida
nace en las prosas sin patria
de las palabras escritas por un mudo.
Mi silencio está con quienes gritan su libertad de
expresión
y mis gritos en la agonía
de quienes esperan en silencio
su libertad de expresarse.
He escrito sin cansancio
y he vivido mis más grandes aventuras,
cortas alegrías,
grandes fracasos,
he muerto y he nacido,
he llorado y he reído,
he sido tu y he sido yo
en las líneas de unas hojas
de papel en blanco.
Encontré refugio en mi máquina de escribir
en una copa de vino
y en un cigarrillo encendido,
cerca de algun acantilado,
me escape del ruido de lo común
y abrace lo único, diferente
y extraordinario.
Partí silencioso,
mudo en la eternidad
del recuerdo atros
e inalterable de quienes me leen,
y me traen devuelta a la vida,
para volver reencarnado
en un niño de la azotea,
en un joven sufriendo un desamor,
en un hincha furioso limeño
o en un adulto tentado por el fracaso.
Si gusto o no, poco importa,
escribo porque eso para mí
es un placer,
un privilegio
y una sutil esperanza
de renacer en cada nuevo lector.
Por: Willy Lazo Álvarez
La observación de este decálogo, como es de suponer, no garantiza la escritura de un buen cuento. Lo más aconsejable es transgredirlo regularmente, como yo mismo lo he hecho. O aún algo mejor: inventar un nuevo decálogo.
Tuve la suerte de encontrarme con este testimonio acerca del gran Julio Ramón Ribeyro.
Pasé horas ante su tumba el día que fue sepultado.
Comencé a leerlo a los doce años en Huacho.
Luego, donde fuera que estuviera, lo seguí leyendo.
Cierta vez -al final de una conferencia- logré su firma en uno de sus libros.
Nunca dejé de leerlo.
Durante dos años -en cuarto y quinto de secundaria- día por día, leí y releí a Julio Ramón Ribeyro.
Todas las noches, antes de dormir, abría uno de los tomos de "La palabra del mudo".
Tres tomos de pasta brillante y tersas hojas eran mi tesoro cotidiano.
Mi talismán secreto oculto bajo la almohada.
En 1984, al final de una apoteósica presentación, logré que el escritor estampara raudo su firma en un ejemplar de "Prosas apátridas" (que luego regalé a mi amigo/compadre Walter Salazar Pérez).
Cuando murió fui a su funeral, pero llegué tarde al entierro.
"Yo sé que quieres ir. Vamos".
Dicho y hecho, en menos de una hora, gracias a Juliana (una abogada del Congreso cuya promoción llevó el nombre del escritor) llegamos al cementerio Jardines de la Paz.
Contemplando el vasto horizonte de la ciudad, junto a su tumba cubierta de flores, pasaron las horas.
Así me despedí del escritor de mis más entrañables lecturas y relecturas.
Cuarentena y dos años después de mis fervorosas lecturas adolescentes, la mañana del 10.1.2021 comparezco -de súbito- ante un volumen que captura mi atención.
Se trata del libro que en toda una vida escribió su autor. Su título no puede ser más persuasivo y convincente: “La tentación del fracaso”. (Me encuentro -previo a mi retorno a Huacho- en el centro de Lima. Tengo previsto regalarme un libro y decido buscar “Soldados de Salamina” de Javier Cercas.
Los muchachos del centro ferial Amazonas ignoran al autor español y su obra más celebrada). Me parece desolador regresar a una ciudad donde solo existe una sola librería y escasos textos originales/legales.
Mientras deambulo entre libros que miro igual que a la gente que pasa por la calle, de pronto, semejante a un rostro amado, aparece el libro del autor de mi feliz juventud.
Parece mentira (tengo la edad para ser nieto de mí mismo) pero la emoción y el entusiasmo que experimento vuelve inalterable, implacable, sin edad.
En todo esos meses de la pandemia yo cuidaba de no eliminar la información de un grupo de WhatsApp donde enviaban varios remedios naturales para usar cuando una persona se contagiara, liberaba espacio en mi teléfono borrando todo menos eso.
Es gracioso, en una de esas veces que borraba mis mensajes y me saltaba esos escuche dentro de mi: "Si no borras eso ahora, lo tendrás que usar". Adivinen que! lo hice, si, lo borre! Borre toda la información de remedios caseros que estaba cuidando como oro en ese grupo.
No han sentido muchas veces que tienen fe, pero tienen un plan B por si la fe no funciona? creo que en el momento que planteamos un plan B la fe se acaba.
Eso me paso a mi, a diario orábamos con mi familia para que Dios nos guarde del virus y el lo hizo hasta ahora, pero guardaba la información de los remedios "POR SI ACASO"
Eso no es fe, no es creerle a Dios, no estoy diciendo que no uses medicinas si llegas a contagiarte, es solo un ejemplo. Si le vas a creer a Dios en algo que sea a un 100%.
Dios no abrió la mitad del mar rojo para que pase Israel, la piedra de David no solo hizo tambalear al gigante, lo tumbo, los muros de Jerico no cayeron a la mitad, el paralitico no se fue cojeando de la presencia de Jesús, ni el ciego se fue cegatón, el vino que antes era agua era el mejor vino, y podría seguir. Si creemos que Dios hará algo, el lo hará completo, no necesitamos un plan B.
Si dudas no es fe, vamos a creerle al 100% y El hará!
Pocos son los que con tanta sencillez, naturalidad y sinceridad pueden explicar en facilidad el proceso creativo de un cuento y de una novela, un fragmento del prologo del libro 12 CUENTOS PEREGRINOS del gran Gabriel García Marquez salta como una mini clase maestra acerca de la composición narrativa. Fragmento que te comparto a continuación:
"... Ahora sé
por qué: el esfuerzo de escribir un cuento corto es tan intenso como empezar una
novela. Pues en el primer párrafo de una novela hay que definir todo: estructura, tono,
estilo, ritmo, longitud, y a veces hasta el carácter de algún personaje. Lo demás es el
placer de escribir, el más íntimo y solitario que pueda imaginarse, y si uno no se queda
corrigiendo el libro por el resto de la vida es porque el mismo rigor de fierro que hace
falta para empezarlo se impone para terminar
lo. El cuento, en cambio, no tiene principio
ni fin: fragua o no fragua. Y si no fragua, la
experiencia propia y la ajena enseñan que en
la mayoría de las veces es más saludable empezarlo de nuevo por otro camino, o tirarlo a
la basura. Alguien que no recuerdo lo dijo
bien con una frase de consolación: «Un buen
escritor se aprecia mejor por lo que rompe
que por lo que publica». Es cierto que no
rompí los borradores y las notas, pero hice algo peor: los eché al olvido..."
Busca este ejemplar en tu libreria favorita y disfruta de los 12 CUENTOS PEREGRINOS de Gabriel García Marquez y deja que el mismo te cuente el porque son "12", porque "cuentos" y porque "peregrinos".
Julio Ramón Ribeyro Zúñiga (Lima, 31 de agosto de 1929 - 4 de diciembre de 1994) fue un escritor peruano, considerado uno de los mejores cuentistas de la literatura latinoamericana.
Es una figura destacada de la Generación del 50. Su obra ha sido traducida al inglés, francés, alemán, italiano, holandés y polaco. Aunque el mayor volumen de su obra lo constituye su cuentística, también destacó en otros géneros: novela, ensayo, teatro, diario y aforismo.
Hoy 04 de diciembre del 2020 se cumplen 26 años de su partida, Julio Ramón Ribeyro, quien con sus cuentos logra entrar a tu mente y a tu corazón, que te permite compartir con el toda la emoción, el misterio, la comedia, la frustración, la tristeza, la locura, etc. de su personajes, es fácil enamorarte de sus obras, de sus cuentos.
Un escritor humilde, con un muy buen humor, que vivía pegado a su maquina de escribir y a su cigarro, un profesional que amaba lo que hacia.
Cuenta que una vez fue invitado a un colegio donde niños que habían leído sus cuentos lo estaba esperando para homenajearlo, el llego y se dio cuenta que no era un escritor solitario, que tenia lectores y de todas las edades. Estos niños le dieron un regalo peculiar, una bolsa que contenía muchos lapiceros y cinco cintas para maquina de escribir, se la entregaron adjuntando una petición: “que nunca deje de escribir”.
Antes de su partida en el año 1994 ganó el reconocido Premio de Literatura Latinoamericana y del Caribe Juan Rulfo.
Ribeyro esta en los corazones y bibliotecas de todo el mundo que busco el privilegio de leerlo.
También te puede interesar:
20 Frases de Julio Ramon Ribeyro
MIRA EL REPORTAJE QUE LE HIZO PANORAMA:
Julio Ramón Ribeyro, autor de historias como "Los gallinazos sin plumas" y "Las botellas y los hombres", falleció un 4 de diciembre de 1994 luego de una prolongada lucha contra el cáncer. Lea aquí veinte de sus frases más populares:
1. "Una persona sin amigos corre el riesgo de no llegar jamás a conocerse".
2. "En cada lector futuro, el escritor renace".
3. "Ser el eterno forastero, el eterno aprendiz, el eterno postulante: he allí una forma para ser feliz".
4. "Un amigo es alguien que conoce la canción de tu corazón y puede cantarla cuando a ti ya se te ha olvidado la letra".
5. "En la salud lo que me conduciría a la muerte y en la enfermedad lo que me mantiene vivo".
6. "¿Por qué escribo? Para crear, sin otro recurso que las palabras, algo que sea bello y duradero".
7. "El gran error de la naturaleza humana es adaptarse. La verdadera felicidad está construida por un perpetuo estado de iniciación, de entusiasmo constante".
8. "Es curioso. En el fondo de los ojos de las personas extremadamente bellas hay siempre un remanente de imbecibilidad".
9. "No concibo mi vida más que como un encadenamiento de muertes sucesivas. Arrastro tras de mí los cadáveres de todas mis ilustraciones, de todas mis vocaciones perdidas".
10. "Es necesario dotar a todo niño de una casa. Un lugar que, aún perdido, pueda más tarde servirle de refugio y recorrer con la imaginación buscando su alcoba, sus juegos, sus fantasmas".
11. "La vida no podía ser esa cosa que se nos imponía y que uno asumía como un arriendo, sin protestar. Pero ¿qué podía ser?… Debía haber una contraseña, algo que permitiera quebrar la barrera de la rutina y la indolencia y acceder al fin al conocimiento, a la verdadera realidad".
12. "Nada me impresiona más que los hombres que lloran. Nuestra cobardía nos ha hecho considerar el llanto como cosa de mujercitas. Cuando solo lloran los valientes: por ejemplo, los héroes de Homero".
13. "Quién sabe, sin embargo, si esto será lo mejor. Por lo menos cada uno sería feliz lo creo al menos y ésta es ya una razón suficiente".
14. "Pienso a menudo que así como la literatura de algún autor es la hechura de su propia vida, así también la vida de un autor es lo que uno escribe".
15. "Se sueña solo en primera persona y en presente indicativo. A pesar de ello el soñador rara vez se ve en sus sueños. Es que no se puede ser mirada y al mismo tiempo objeto de mirada".
16. "Cada escritor tiene la cara de su obra".
17. "Lo que seremos está allí, en su configuración y sus objetos. Nada en el mundo abierto y andarín podrá reemplazar al espacio cerrado de nuestra infancia, donde algo ocurrió que nos hizo diferentes y que aún perdura y que podemos rescatar cuando recordamos aquel lugar de nuestra casa".
18. "Empieza a sobrarme un poco de pasado. Ya no sé dónde meterlo ni qué hacer con él. Eso quiere decir que me estoy volviendo viejo".
19. "Falta de tradición, poca capacidad introspectiva, conciencia inmadura de la propia persona, menosprecio de un tipo de obra cuya repercusión es generalmente póstuma y, en último término, ¿por qué no? Concepción machista de la literatura, que hace considerar la redacción de un diario como cosa de señoritas".
20. "Entrar en una discusión es admitir por anticipado que tu contrincante puede tener la razón".